En 1919, Italia iniciaba un complicado período de posguerra, fomentado por la Revolución Rusa, en el que, tras la Gran Guerra, y a pesar de los daños sufridos tras la I Guerra Mundial, daba comienzo un período de esperanza, pujanza y desarrollo en todo el país.
En ese año, se funda la Fabrica Italiana di Penne a Serbatoio-Aurora”, en pleno corazón de Turin, en la calle Basilica 9, con el apoyo financiero de Isaia Levi.
El nombre de Aurora se explica precisamente por ese momento histórico que se consideraba un resurgir, un nuevo comienzo, del que se estaba en los inicios. De ahí que el nombre no pueda ser más expresivo.
Desde sus inicios, los instrumentos de escritura de Aurora demostraron que podía competir con los británicos y estadounidenses tanto por calidad como por estilo, a pesar de que en los comienzos la mayoría de sus modelos eran de un negro riguroso, y con marcado estilo italiano.
Sólo 6 años tras su fundación, en 1925, Aurora empezó a producir plumas en distintos colores, y, sobre todo, empezó a utilizar un material que posteriormente sería una de sus señas de identidad: el celuloide, con el que fabricaría la serie International, bastante similar a las Duofold de Parker, y que contribuyeron de forma clave a reforzar la reputación de la marca.
Las modernas 88 y Óptima, forman parte del reducido grupo de las mejores plumas europeas, ostentando una sobresaliente calidad. Los plumines de oro de Aurora, por su parte, siempre fabricados por la casa y jamás encargados a terceros, son de los mejores del mundo, además de bellísimos. Cuentan con un alimentador digno de ellos lo que confiere, probablemente, el mejor desempeño entre todas las plumas italianas.