Desde el primer reloj de agua oclepsidra hasta los smartwatches capaces de evaluar la calidad de nuestro sueño, han sido muchos y progresivos los avances en este campo, motivados por las necesidades de la sociedad de la época. En general, nos referimos sobre todo a funcionalidad y estilo,dos conceptos inherentes a cómo entendemos los relojes hoy en día, y que van cambiando con el tiempo.

Por ejemplo, los relojes de bolsillo inicialmente supusieron una revolución técnica al satisfacer las necesidades de precisión y portabilidad que los avances de la época en otros campos (como la navegación) requerían. Sin embargo, con el tiempo, y ya con los relojes de pulsera en el mercado, pasaron a convertirse en un objeto personal cuyo valor y significado trascendía su función de medición temporal: se convirtieron en símbolo de elegancia, estatus y estilo; a lo Peaky Blinder.

Pero si existen unos relojes cuyo significado se ha mantenido relativamente estable con los años, aunando la funcionalidad y lo decorativo, estos han sido los relojes de pared.

En la imagen reloj de pared Junghans Max Bill RC Wall Clock 

Inicialmente, los relojes eran un instrumento institucional y, con una precisión cuestionable, destacaban en lo alto de edificios comunitarios, paredes de iglesias o fachadas de ayuntamientos. En un mundo marcado por la agricultura, el cantar del gallo era alarma suficiente, y el repicar de las campanas, un recordatorio eficaz. Por entonces, los relojes contaban con una sola aguja: es bajo esta filosofía de queno es necesario medir cada segundo, que Meistersinger crea sus relojes monoaguja.

Sin embargo, el enfoque mecanicista y urbano de la industrialización exigía un control más preciso de la hora. Así que se incluyeron mejoras técnicas que mejoraron su precisión y revolucionaron la organización social. Por ejemplo, los ferrocarriles pudieron cumplir los horarios marcados por el reloj de la estación.

En estos primeros relojes de ferrocarril se inspiran los icónicos elementos de Mondaine,distribuidor oficial de los relojes de ferrocarril suizos. Una curiosidad de éstos es que la característica pala roja del segundero tarda 58 segundos en completar un minuto, para posteriormente permanecer 2 segundos parada mientras la aguja de los minutos avanza al minuto siguiente, momento en que salía el tren. Mondane ha incorporado esta característica a algunos de sus modelos SBB con el mecanismo stop2go.

Mondaine crea relojes de pared atemporales, modernos, depurados y legibles, para aportar una sutil nota de originalidad a cualquier rincón.

Reloj de cuarzo Mondaine en aluminio.

Tal vez los relojes de pared más conocidos históricamente sean los relojes de péndulo, creados por Huygens en 1657, en los que el movimiento de una masa oscilante aporta la energía cinética que necesita el reloj para poder funcionar. Los barrocos relojes de péndulo, al igual que los de cuerda y los de pesas tipo Big-bang o carrillón, hoy son un guiño al pasado que ha dejado paso a los mecanismos de cuarzo y al estilo minimalista e industrial imperante.

A este respecto, destacamos los relojes de pared de Junghans. La marca más reconocida del diseño alemán, crea piezas vanguardistas que incorporan mecanismos como el radiocontrolado, siendo fiel a su esencia minimalista.

En la imagen Junghans Max Bill Wall Clock RC

Así han llegado hasta nuestros días los relojes de pared, generalmente presidiendo lugares comunes y sentando las bases del estilo del hogar, por lo que su evolución está unida, sin duda, a la de las necesidades funcionales y estéticas de los consumidores.

Si desea conocer más acerca de las marcas mencionadas, o de los relojes de pared; no dude en visitar el resto de artículos de nuestro blog y nuestra página web, donde encontrará una amplia colección relojes en stock que podrán comprar con envío express de 24 horas. Y, por supuesto, si requiere más información o desea realizar su pedido, no dude en contactarnos. Puede escribirnos un correo electrónico, o visitar nuestra tienda en Madrid, en Núñez de Balboa 90. Será un placer ayudarle.

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