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septiembre 15, 2023 3 lectura mínima
Hoy hablamos de una firma de alta costura, atención al detalle, calidad y, sobre todo, estilo. Y no podía ser otra que Versace. ¿Cómo aúna su tradición y estilo a la modernidad en sus colecciones de relojería?
Su creador, el famoso Gianni Versace, fundó la firma de moda en Milán en 1978. Pero unos años antes, cuando Versace se trataba de un sueño, el joven Gianni tan solo era un diseñador independiente calabrés. Fueron su creatividad y su personalidad lo que le llevaron en un ascenso meteórico como reconocido y admirado diseñador, y creador de una de las mayores marcas de moda mundiales.
Sin embargo, es de sobra conocido cómo le fue arrebatada la posibilidad de continuar con su sueño. Y ese fue el momento en que sus hermanos Santo y Donatella Versace (directora artística de la firma) cogieron el testigo llevando su legado, con un liderazgo magnífico, a ser una de las marcas favoritas mundialmente.
Y si bien Gianni ya había hecho una pequeña incursión en el mundo de la relojería, fue en 1998 que Versace oficialmente se lanzó a diversificar su negocio, presentando su primera serie de relojes. Si bien en poco tiempo resultó en otro de sus éxitos, no pensemos que se trataba de otra marca de haute couture queriendo incurrir en un nuevo mercado; desde el inicio todas sus líneas de relojería han demostrado su afán por mantener los altos estándares de calidad que ya distinguían sus colecciones de ropa.
Producidos en Suiza, la alta calidad de cada uno de sus relojes se garantiza por medio de rigurosos controles que le valen el estricto y codiciado certificado «Swiss Made». De estilo elegante y práctico, se trata de piezas generalmente con movimiento de cuarzo y, aunque los de menor tamaño suelen ceñirse a un uso más sencillo destacando diseños más elaborados y protagonistas, los modelos de mayor tamaño suelen contar con funciones especiales como la de cronógrafo.
Tanto para Gianni como para sus hermanos sus raíces en la ciudad de Reggio di Calabria son algo vital que plasmarán en cada pieza de la firma. Es por eso que muchos de los detalles más distintivos de la marca están dedicados al origen griego de la ciudad y al clasicismo, tanto en sus colecciones de ropa como de relojería; siendo uno de los detalles más sutiles pero más presente el uso complementario del color dorado en casi cada pieza, ya sea de estilo clásico como deportivo, monocromático o con contrastes en varios tonos.
Tanto es así que es una constante en sus modelos la presencia de un ornamento propio de la arquitectura de la Antigua Grecia: la greca (o el meandro, en su cultura original). Utilizado como adorno, adaptándose al estilo diferente de cada colección tanto en color, tamaño o material, muestra perfectamente que el espíritu de la marca es omnipresente, creando diseños icónicos.
Pero la muestra de este equilibrio entre el origen y la modernidad es el símbolo de Versace por excelencia: la tradicional Medusa mitológica. Si bien Gianni no lo incluyó desde un inicio, a día de hoy está presente en cada uno de sus modelos, mucho más es así en sus relojes, ya sea en gran tamaño en el centro de su esfera, como un relieve más discreto situado a las 12h en punto, como incrustado en la correa; así como grabado en la parte trasera de la caja.
Packaging Versace Icon Active Indiglo
Y es que, está claro que Versace no nació para pasar desapercibido, así como no lo hizo Medusa. ¿Quién necesita discreción pudiendo aunar diseño, tradición, lujo, actualidad, la Antigua Grecia y el estilo italiano?
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